Hace algún tiempo, conversando con mi amigo H, estuvimos de acuerdo en que, si hubiésemos dedicado para hacer negocios de cualquier índole (como me bienaconsejaba mi padre) apenas la mitad del tiempo y las energías utilizados para leer, nos habría ido mejor en la vida. Y ello nos hizo caer en la cuenta de que leer está sobrevalorado.
Gorky escribió: "todo lo que hay de bueno en mí, se lo debo a los libros". Es una frase que se cita con frecuencia. Incluso he encontrado a un profesor de literatura que pretende que sus alumnos lo interioricen como una máxima vital. Sin embargo, es un enunciado de mierda. Aunque sea de Gorky (quien, ya que tocamos el tema, llevó una vida casi miserable). Imagino a su padre dándole collejas y diciéndole, ¿ah, sí? ¿quieres decir todo, todo, todo lo bueno? ¿ni una pizca se lo deberías agradecer a tu familia, tus amigos, a lo que te enseñó tu abuela? ¿no había nada bueno en nosotros, ingrato de los cojones?
Somerset Maugham escribió: “Adquirir el hábito de la lectura y rodearnos de buenos libros es construirnos un refugio moral que nos protege de casi todas las miserias de la vida”. Nope. Leer no nos protege de las miserias de la vida, no nos protege del desamor, ni de la avaricia, ni de la pérdida de un ser querido, ni de un ataque terrorista, ni de la persecución del prestamista, ni de la impotencia de no poder dar de comer a tus hijos, ni de la traición, ni del suicidio (más bien incite, en algún caso), ni de la soledad… Creo que no hace falta seguir. La lectura proporciona un "refugio", sí, pero más como escape de la realidad, como procrastinación de aquellas cosas importantes, de esas en las que nos jugamos la vida.
“Cuando oigo que un hombre tiene el hábito de la lectura, estoy predispuesto a pensar bien de él” (Nicolás de Avellaneda). / “El libro es fuerza, es valor, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor" (Rubén Darío). / “Leemos para saber que no estamos solos" (William Nicholson). / "No hay disfrute como la lectura" (Jane Austen). / "El que ama la lectura, tiene todo a su alcance" (William Godwin).
Una simple búsqueda nos devuelve miles de frases de este tipo. Frases pomposas, exageradas, arrogantes, snobs. Ejemplos infinitos. Básicamente: escritores ensalzando su producto, regodeándose, elevando a categoría divina lo que ellos hacen. Para ver a personas admiradas por su talento o inteligencia expresarse de manera tan imprecisa y poco racional, hay que buscar en comentarios similares sobre cuestiones como la religión, el amor o la política. Comparten una forma de abordarse desde el entusiasmo incondicional, la simplificación y la hipérbole tanto como una manera simple de convencer a los demás, como a nosotros mismos.
Podríamos cantarlo, como si fuera un viejo blues: leer está sobrevalorado, baby, oh yeah.
Leer está bien, pero depende de qué se lea, cómo se lea, quién lo lea.
-Leer está bien, cariño, pero la vida es asombrosa, aunque no leas.
Gorky escribió: "todo lo que hay de bueno en mí, se lo debo a los libros". Es una frase que se cita con frecuencia. Incluso he encontrado a un profesor de literatura que pretende que sus alumnos lo interioricen como una máxima vital. Sin embargo, es un enunciado de mierda. Aunque sea de Gorky (quien, ya que tocamos el tema, llevó una vida casi miserable). Imagino a su padre dándole collejas y diciéndole, ¿ah, sí? ¿quieres decir todo, todo, todo lo bueno? ¿ni una pizca se lo deberías agradecer a tu familia, tus amigos, a lo que te enseñó tu abuela? ¿no había nada bueno en nosotros, ingrato de los cojones?
Somerset Maugham escribió: “Adquirir el hábito de la lectura y rodearnos de buenos libros es construirnos un refugio moral que nos protege de casi todas las miserias de la vida”. Nope. Leer no nos protege de las miserias de la vida, no nos protege del desamor, ni de la avaricia, ni de la pérdida de un ser querido, ni de un ataque terrorista, ni de la persecución del prestamista, ni de la impotencia de no poder dar de comer a tus hijos, ni de la traición, ni del suicidio (más bien incite, en algún caso), ni de la soledad… Creo que no hace falta seguir. La lectura proporciona un "refugio", sí, pero más como escape de la realidad, como procrastinación de aquellas cosas importantes, de esas en las que nos jugamos la vida.
“Cuando oigo que un hombre tiene el hábito de la lectura, estoy predispuesto a pensar bien de él” (Nicolás de Avellaneda). / “El libro es fuerza, es valor, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor" (Rubén Darío). / “Leemos para saber que no estamos solos" (William Nicholson). / "No hay disfrute como la lectura" (Jane Austen). / "El que ama la lectura, tiene todo a su alcance" (William Godwin).
Una simple búsqueda nos devuelve miles de frases de este tipo. Frases pomposas, exageradas, arrogantes, snobs. Ejemplos infinitos. Básicamente: escritores ensalzando su producto, regodeándose, elevando a categoría divina lo que ellos hacen. Para ver a personas admiradas por su talento o inteligencia expresarse de manera tan imprecisa y poco racional, hay que buscar en comentarios similares sobre cuestiones como la religión, el amor o la política. Comparten una forma de abordarse desde el entusiasmo incondicional, la simplificación y la hipérbole tanto como una manera simple de convencer a los demás, como a nosotros mismos.
Podríamos cantarlo, como si fuera un viejo blues: leer está sobrevalorado, baby, oh yeah.
Leer está bien, pero depende de qué se lea, cómo se lea, quién lo lea.
-Leer está bien, cariño, pero la vida es asombrosa, aunque no leas.
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