-¡Han matado a Bin Laden, han matado a Bin Laden!
-Tranquilo hombre… Sí, ya lo sé. En realidad, ya lo sabe TODO el mundo. Eso y que al polaco Wojtyła lo hicieron beato.
-En noches como ésta, podemos decir que se ha hecho justicia.
-¿Lo dices por Wojtyła o por Osama?
-No, por Osama, lo dijo Obama anoche.
-Ya amaneció. No te me pongas trascendental.
-Sí, pero… en Estados Unidos es de noche. La gente se ha echado a las calles a celebrarlo, gritan, cantan.
-Pobre Bush…
-¿Bush?
-Sí, eso hubiera sido como ganar el premio Nobel sin merecerlo. Pero las dos cosas las ha hecho Obama. ¿Y lo mejor?: como sin queriendo.
-Un terrorista menos en el mundo, ese asesino…
-A ver cuando muestran una foto o algo.
-¿No dudarás de la veracidad de la noticia?
-Dudo de todo, pero no especialmente en este caso.
-¿Entonces?
-No sé, sería como poner la guinda a la histeria mundial.
-¡Sí! ¡Púdrete Bin Laden! ¡Púdrete!
-No sé… A Obama tal vez le dé penita.
-¿Qué?
-Al final sólo los diferenciaban una consonante… A sus nombres, quiero decir... En fin, hay gente que lo echará de menos.
-¿Pero qué dices?
-¿Y que será ahora de nosotros sin bárbaros? Quizás esa gente era una especie de solución.