El pasado 26 de junio, el Tribunal Regional de Colonia, Alemania, dictó una sentencia que considera que la ablación del prepucio por motivos religiosos es una herida intencional y, por lo tanto, ilegal: "el derecho de un niño a su integridad física prima sobre el derecho de los padres". Es decir, prohibió la circuncisión de menores.
La sentencia ha despertado fantasmas que muchos alemanes siguen temiendo. Los judíos aún más. Funcionarios del gobierno alemán y autoridades sanitarias han comentado el suceso: estudian el dictamen con detenimiento.
Mientras tanto, una curiosa imagen se pude ver esta semana en puntos de Berlín y Bruselas, donde se reunieron organizaciones de judíos y de musulmanes para protestar juntos contra la decisión.
En las notas de las agencias de prensa se puede leer un dato: en Alemania viven alrededor de 4 millones de musulmanes y de 120 mil judíos.
Y mientras leía la noticia en diferentes fuentes, pensaba: 120 mil judíos, ¡hay que tener cojones valor!