1.- En 1955, The New Yorker publicó un relato de Salinger titulado “Levantad, carpinteros, la viga del techo” (Raise High the Roof Beam, Carpenters) –añado el título en inglés para que se compruebe que en ambos idiomas se tiene la misma sensación de cansancio, de carrera que nunca termina, de maratón infinito, mientras se está leyendo. El cuento va, cómo no, de los miembros de la familia Glass, especificamente de Buddy que aparece logrando un permiso del hospital militar donde está internado para asistir a la boda de su hermano Seymour. Al llegar a la iglesia el día de la boda, no encuentra a ningún otro miembro de su familia, ni siquiera a su hermano que parece haber decidido dejar plantada a la novia. Buddy, sin presentarse como hermano de Seymour, sube a uno de los coches en los que los invitados abandonan la iglesia y entabla conversación con los ocupantes del coche quienes se ocupan criticando despiadadamente al novio, insinuando que está loco, etc., etc.. Aparte del título, nada de esto viene a cuento.
2.- En un gag del circo soviético que repetían cada cierto tiempo en la televisión cubana de los ochenta, se representaba a tres payasos. Uno de ellos les pedía a otros dos que levantaran un tronco inmenso y, si accedíamos al pacto cándido y nos entregábamos a la verosimilitud de la escena, extremadamente pesado. El primer payaso, además, actuaba como si la tarea fuera absolutamente menor, insignificante: levanten el tronquito, levanten el tronquito.
3.- ¿A qué viene todo esto?, se preguntará alguno. Difícil de decir. Pero si ha llegado usted hasta aquí se merece que aventure una tesis. Es, digamos, justo.
Así que: escritores y payasos se sienten cómodos en el modo imperativo: llamar al fervor, conminar al sacrificio, a la heroicidad, la acción, la acción, la acción; sin embargo les cuesta un poco más hacerlo, llevarlo a cabo, sólo hacerlo –just do it, dice el eslogan publicitario, también imperativo-, incapaces de las veces las más de ser consecuente con la repetición simple: la acción, la acción, la acción.
4.- Este post, por cierto, iba de política.
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