Durante los últimos meses he estado siguiendo la historia de Florence Cassez, una ciudadana francesa condenada en México a 60 años de prisión por cuatro secuestros, posesión de armas y delincuencia organizada. Para quienes no estén al tanto, el diario mexicano El Economista ofrece aquí un resumen que nos puede guiar a través de los acontecimientos.
La historia de Florence es rocambolesca, como suele ocurrir en estos casos, y ha llegado a convertirse en causa de desavenencias diplomáticas entre México y Francia. El presidente Nicolas Sarkozy pretende la extradición de su compatriota para que pueda cumplir la condena en Francia y ha dicho que "en cada reunión o en cada acto en el que participe un miembro del Estado francés, éste dedicará su intervención a recordar el problema de Cassez". Por su parte, el gobierno mexicano ha anunciado en la web de la Secretaría de Relaciones Exteriores que “a la luz de las declaraciones del Presidente Nicolas Sarkozy, el Gobierno de México considera que no existen las condiciones para que el Año de México en Francia se lleve a cabo de manera apropiada y que cumpla con el propósito para el cual fue concebido”.
La historia de Florence es rocambolesca, como suele ocurrir en estos casos, y ha llegado a convertirse en causa de desavenencias diplomáticas entre México y Francia. El presidente Nicolas Sarkozy pretende la extradición de su compatriota para que pueda cumplir la condena en Francia y ha dicho que "en cada reunión o en cada acto en el que participe un miembro del Estado francés, éste dedicará su intervención a recordar el problema de Cassez". Por su parte, el gobierno mexicano ha anunciado en la web de la Secretaría de Relaciones Exteriores que “a la luz de las declaraciones del Presidente Nicolas Sarkozy, el Gobierno de México considera que no existen las condiciones para que el Año de México en Francia se lleve a cabo de manera apropiada y que cumpla con el propósito para el cual fue concebido”.
Ésta es la noticia. Sin embargo, hay un detalle que me ha estremecido, no sé si de la risa o la conmiseración. Es lo referente a la operación policial mediante la que se apresó a Florence Cassez, a su novio Israel Vallarta y a otros miembros de la banda conocida como Los Zodiaco: el 9 de diciembre de 2005 varias cadenas de televisión mexicanas mostraban una espectacular operación de la policía de élite mexicana que lograba sorprender a los delincuentes y liberar a tres secuestrados. La noticia, como es natural, recorrió telediarios y periódicos y se pudo mostrar sin tapujos, con una detallada muestra de videos, fotografías y declaraciones oficiales. “De último minuto, un duro golpe contra la industria del secuestro se está dando en estos momentos y es que la AFI trabajó durante semanas, y esta madrugada lo que está haciendo es liberar a personas secuestradas…”, decía en Primero Noticias el reportero de Televisa, Pablo Reinah, aquella mañana, “estamos viendo cómo están entrando en estos instantes los agentes”.
Pues bien, días más tarde Vallarta y Cassez denunciaron que todo había sido un montaje para la televisión, un reality show. Las empresas e instituciones implicadas lo reconocieron: la operación se había realizado realmente el día anterior y lo que fue presentado a la opinión pública "en directo" era apenas la recreación dramatizada por la policía, los secuestradores, las víctimas y los medios de comunicación. Sí, como una de esas películas que al incio pone "basada en hechos reales" y de las que siempre, siempre, se suele sospechar.
No sé si Florence Cassez es culpable o no de los delitos que se le imputan, pero si yo fuera Sarkozy tampoco me fiaría.
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