Votad a Vox

No he hablado mucho de mis filiaciones ideológicas. No existen. Hace tiempo que me proclamé incompetente ideológico. Las ideologías y las religiones son como esa mujer (o ese hombre, que no conozco, cuáles son tus apetencias sexuales) que te hace creer que existe para que te sientas mejor soñando con ella. La ideología es eso que ha inventado alguien para poner barreras entre la persona y su derecho a disentir; eso que sirve para separarnos entre facciones, como si no estuviéramos ya lo suficientemente separados.

Hace poco, habrás oído, un programa de televisión se propuso encontrar en el pueblo de Marinaleda a los votantes de Vox. Marinaleda, para quien no lo sepa, es un pueblo de la provincia de Sevilla donde se ha desarrollado un experimento seudocomunista. Vox, para quien no lo sepa, es un partido político de reciente creación, de extrema derecha, cercano a los postulados de otros partidos populistas de derecha europeos (Forza Italia, Frente Nacional en Francia, Partido de la Libertad en Austria). No sé por qué los realizadores del programa creyeron que eso era una buena idea. No sé, quizás no se dieron cuenta… O quizás lo hicieron sólo porque son hijo de putas.

No creo que Vox traiga nada bueno para España. Pero tampoco creo que Podemos traiga nada bueno. Y ya puestos, ni el PP, ni el PSOE, ni Batasuna, ni Esquerra Repúblicana… Los políticos son ese mal que tenemos que soportar. Si te gustan las citas, querido Diario, aquí tienes una de Ambrose Bierce: "Política, sustantivo. Una lucha de intereses disfrazada de competición de principios. El manejo de los asuntos públicos para el beneficio privado" (Politics, noun. A strife of interests masquerading as a contest of principles. The conduct of public affairs for private advantage). Le creería más a un político que me dijera que lo es para aumentar su capital, para crear contactos de los que beneficiarse, para saciar su ego, por su propio bien, en resumen; que a otro que nos haga creer que se hizo político por el bien común, para hacer un país mejor, para luchar contra las injusticias, etcétera.

De cualquier modo, si queréis votar, votad. A quién queráis. En libertad. Aunque otros os digan que esto está bien o está mal. Aunque os intenten señalar, aunque se ofendan. ¡Que se jodan! Nadie decide por ti. Ni en política, ni en ninguna otra cosa.

La libertad cada día es más escasa, y los políticos (y sus jaleantes huestes y los bienpensantes y los ofendiditos) se esfuerzan cada día por coartarla un poquito más. Por eso, defiendo que cada cual haga valer esa libertad de la mejor manera posible, lo mejor que pueda o le dejen. No sólo en cuanto a la política, pero también en ella. Así que: sed comunistas, liberales, nacionalistas, independistas, españolistas, sed de izquierada o de derecha, si es lo que os apetece. Sed libres y respetad la libertad de los demás. Votad. O no votéis. Quemad banderas. Dedid que los Borbones son una rémora o defendedlos. Sed libres. Defended vuestro derecho a serlo. 

© Yomar González

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